6 de mayo de 2009

La llegada del hijo


Un llamado que pareciera detener la vida
En el caso de los matrimonios en proceso de adopción, la llegada del hijo se produce de manera inesperada y se vive con intensidad. Un llamado telefónico desde la institución con la cual están llevando el proceso, suele anunciar que ya llegó la hora de conocer al tan esperado hijo o hija.
    Marisol está a punto de ser madre. Ella lo sabe. Lo ha estado esperando con ansiedad durante un tiempo que se le ha hecho largo. Y está consciente que en cualquier minuto, el momento que tanto ha esperado, va a llegar. El avión que la trae a ella y a su marido de vuelta a Santiago ya ha iniciado el descenso. Y ella está inusualmente nerviosa. Apenas enciende su celular entra una llamada. Sólo recuerda que le avisaron que ya había llegado el momento de conocer a su hijo, no sabe muy bien cómo se lo comunicó a su marido. En ese minuto no importó el cansancio ni las maletas. Apenas salieron del aeropuerto se dirigieron a la Fundación, para luego ser acompañados donde el niño los estaba esperando. El momento había llegado.
    Paola y Roberto, habían decidido pasar el feriado del 21 de mayo fuera de Santiago. Cada vez que planificaban una salida de este tipo, avisaban a la institución a cargo del proceso de adopción que estaban llevando. Esto porque, como en cualquier “proceso de parto”, el aviso de la llegada del hijo podía producirse en cualquier momento. El matrimonio ya llevaba más de un año en los trámites, desde el primer llamado a la fundación para tener más información sobre sus posibilidades de convertirse en padres. Sin embargo, esa tarde de regreso a Santiago, un inesperado llamado los tomó igualmente por sorpresa. Pese a que habían sido advertidos que en cualquier momento los podrían llamar para conocer a su hijo.
    “Los padres están todo el tiempo en esta sala de preparto que es muy fuerte”, explica Mariela Arrau, asistente social del Área Familia Adoptiva de Fundación San José para la Adopción, quien por 14 años ha vivido y presenciado el momento en que matrimonios se convierten en padres a través de la adopción. “Porque tú sabes que un embarazo más allá de nueve meses no va a pasar, pero aquí los plazos son inciertos y eso es muy desgastador para los matrimonios postulantes. Ellos saben que en cualquier minuto los van a llamar y cuando llega ese momento, para ellos como que se les detiene la vida”, dice. 
    Por eso, muchas veces se reciben llamados de estos matrimonios postulantes explicando que tienen que viajar. “Vamos o no vamos”, es la pregunta que primero se hacen en su fuero interno, luego a la pareja y finalmente, a la misma Fundación.
    Mariela Arrau recuerda incluso una vez en que llamó muy entusiasmada y contenta: “Llegó tu hijo”, le dijo a la flamante futura madre, sin siquiera sospechar la respuesta que no se dejó esperar, del otro lado del teléfono: “mi marido se fue hoy en la mañana a Estados Unidos, qué hacemos”. Y en ese caso, no quedó otra que esperar, desde un jueves hasta un domingo en la noche, cuando el marido volvió. Fueron cuatro días que se le hicieron más largos que nunca a esa madre que ya sabía que tenía un hijo esperando por ellos. 
    Ese matrimonio fue finalmente el domingo en la noche a conocer a su hijo. Se le avisó a la Fundación y se coordinó todo para que la visita se pudiese hacer apenas el marido llegara de su viaje. Sin duda, para ese matrimonio, la llegada de su hijo que tanto habían esperado estuvo cargada de emoción. “Imagínate estar desde el jueves hasta el domingo con la sensación de que está tu guagua y no la puedes ir a conocer”, recuerda Mariela y se ríe cuando se le comenta que ya se ha hecho experta en interrumpir la rutina o momentos de descanso de los matrimonios postulantes.
    Bien lo sabe otro matrimonio que se estaba construyendo una casa en un lago en el sur. Era pleno febrero y partían de vacaciones. Nuevamente lo mismo. La profesional recuerda que la llamaron y le preguntaron: “¿Vamos o no vamos? Estamos listos y tú nos has dicho que en cualquier momento puede ser”. Esto, porque según explica, nunca hay mucha certeza en los plazos. En tribunales un cuidado personal puede salir en tres semanas o un mes y medio. 
    “Pensé ¿los dejo sin vacaciones? Chiquillos, partan nomás”, finalmente recomendó la asistente social. “Partieron y no habían terminado de desempacar las maletas cuando me avisan que este matrimonio tiene que venir a firmar los papeles. Los llamé de vuelta, no les importó nada, armaron las maletas de nuevo y se vinieron. Para ellos ese año no hubo vacaciones, pero fue el año en que llegó su hijo”, dice Mariela Arrau.
    La preparación para la maternidad es un proceso que viven tanto los padres biológicos como los adoptivos. En ambos casos, la espera se puede hacer larga y la curiosidad por conocer al hijo o hija que viene en camino, muy grande. Mientras los padres biológicos viven el proceso con una fecha posible de parto, los padres adoptivos la viven con intensidad, y a la vez con más incertidumbre respecto de cuándo finalmente recibirán a su hijo.
    Karina Bustos, psicóloga del Área Matrimonios Postulantes de Fundación San José para la Adopción, explica que esta parte del proceso los padres la viven con mucho nerviosismo y emoción. “Es el minuto en que se llama al matrimonio a la Fundación, se le dice que pensamos que su hijo ya llegó, se le cuenta la historia del niño, porque es importante que los padres sepan el origen de sus hijos. En esa entrevista, el matrimonio conoce antecedentes del hijo o hija. Lo más probable es que en ese minuto les entre por un oído y les salga por el otro, porque después de eso van a ir a conocer su guagua. Y lo único que quieren es conocerla. Entonces uno siempre les dice que posiblemente no retengan todo, pero que los antecedentes están para cuando los necesiten”.
    La asistente social Mariela Arrau es clara al decir que, si bien la adopción impone ciertos desafíos particulares, los temores que enfrentan los padres adoptivos no se diferencian mucho de los que experimentan los biológicos. “Si es que hay algo de susto en los padres, lo asocio al hecho de recibir un hijo, más que si es adoptivo o biológico. Y se suman temas que rondan, pero que son más bien universales en todos los padres. ¿Será sanito? ¿Cómo será? ¿Nos podremos ajustar a los cambios de la vida familiar? ¿Seremos buenos padres? Pero muy pronto se les olvida. Una vez que conocen al niño adquieren una fuerza especial, como les pasa a todos los papás cuando conocen a sus hijos. Llega un minuto en que esta parentalidad es una sola”.
    Quizás una de las cosas que marca la diferencia entre un padre o madre biológico y uno adoptivo es ese llamado telefónico que se recibe desde la institución. “Porque te conviertes en madre de un minuto a otro”, explica Karina Bustos.
    De acuerdo a las características del matrimonio, se decide quién recibirá el llamado. La asistente social recuerda un caso en que no se podía presentar la guagua el mismo día, sino al día siguiente. Como ya conocía al matrimonio, decidió llamar al marido y sugerirle que invitara a su señora a comer y ahí le diera la noticia. Recuerda que el marido nervioso le dijo: “no creo que pueda”. Sin embargo, fue capaz de guardar la noticia para su señora, a quien se la dio justamente durante una cena en la noche, tal como le había sugerido la profesional.
    Este llamado, como procedimiento en sí, es todo un acontecimiento, que lo viven intensamente tanto los padres cuando lo reciben, como al interior de la propia Fundación, según cuenta Karina Bustos, a quien le toca acompañar muy de cerca a los matrimonios durante todo el proceso, los conoce y por lo mismo busca estar cerca del teléfono cuando se les da el aviso. “Sus reacciones son más o menos parecidas. Muchos entran como en shock y enmudecen, es de mucha emoción”.
    Tanto así que comúnmente para este llamado, apenas se establece la comunicación, una de las primeras preguntas que hace la asistente social es: “¿Estás manejando? Si es así, ¿te puedes estacionar un momento? Porque por mucho que lo hayan esperado y estén pendientes del proceso, el impacto es muy grande. Hay que procurar que estén en una situación de resguardo”, explica la sicóloga Karina Bustos.
    María Elena González, Directora Técnica de Fundación Chilena para la Adopción, concuerda en que los matrimonios están sobre aviso de esta llamada que puede darse en cualquier momento, pero que igualmente se vive de manera especial. “Cuando esto ocurre es para cada uno una experiencia única. Por lo general se llama a la mamá y las emociones son múltiples. Hay una gran emoción. Muchas o muchos no aguantan y lloran. Este es un momento maravilloso y un privilegio para quien tiene que dar esta gran noticia”.
    “Sorpresa, shock, conmoción, emoción”, así lo sintetiza esta profesional. Reacción que también depende de cómo haya sido el periodo de espera. Por la general los padres no preguntan si es niño o niña el hijo que van a recibir. Sólo quieren ir a conocerlo. María Elena González recalca que el momento de la entrega es una instancia de gran intimidad, entre los padres y su hijo. “Es un momento único, hay mucha emoción en el ambiente”. 
    Pese a que ya lo han realizado muchísimas veces, a los profesionales que trabajan en adopción no les deja de emocionar recordar momentos en que les toca entregarles una familia a los niños. En una sala destinada para estos efectos se ubica a los padres que vienen a conocer a su hijo. Luego, la asistente social entra con la guagua en brazos, en un ambiente de mucha intimidad y respeto. Se las entrega a sus padres y los deja por un momento. Ellos toman al niño y muchas veces se quedan largo rato, en silencio, con su nuevo hijo, en una imagen tan icónica y universal: cuando la pareja trasciende y la familia crece. La adopción está recién empezando.

    Proceso de adopción
    Las Etapas del Pre-parto adoptivo
    Mientras, para muchos matrimonios la confirmación de que un hijo viene en camino parte con un test o exámenes de embarazo, para otros el proceso se inicia cuando deciden adoptar un niño y se acercan por primera vez a una institución de adopción.
    Las etapas de este “preparto” son claras:
    Todo parte cuando el matrimonio llama por teléfono y plantea su intención de adoptar. En el primer acercamiento a las instituciones de adopción, los matrimonios inician un proceso basado en información sobre el proceso en términos generales. Se trata el punto de vista legal, sus características, cómo se lleva a cabo en Chile. Además de los pasos que tienen que seguir en la Fundación a través de la cual están iniciando el proceso de adopción, cuáles son las condiciones y los requisitos, de modo que el matrimonio conozca, comprenda y asuma el tema. Además de las características de los niños, se tratan aspectos relacionados con las madres biológicas y las familias adoptivas.
    Después que el matrimonio presenta sus papeles, inicia una etapa de evaluación sicosocial a cargo de una asistente social y un sicólogo. De esta evaluación el matrimonio puede ser aprobado, necesitar una terapia y continuar luego de haberla realizado, o retirarse del proceso.
    El objetivo de la evaluación sicosocial es acoger al matrimonio, evaluarlo y capacitarlo. La evaluación sicológica pretende detectar algún trastorno siquiátrico importante, ver sus capacidades parentales, estructura de personalidad, posibilidad y capacidad de vínculo y apego. En la evaluación social, en tanto, se ven todas sus condiciones sociales, la historia familiar de los postulantes y antecedentes económicos, orientado a que el niño adoptado tenga sus necesidades básicas bien cubiertas.
    Si en el proceso se pesquisan indicadores que den cuenta de ciertos aspectos puntuales que requieran ser trabajados de forma más privada y personalizada, los postulantes son derivados a terapia a trabajar esos temas específicos (motivación, duelo por la infertilidad, entre otros). Luego de esta instancia de trabajo de preparación, los postulantes pueden ser declarados idóneos.
    Al ser aceptados entran en una etapa pre-adoptiva. Esta instancia consta de sesiones en donde se abordan en profundidad temáticas relacionadas con la adopción (aspectos legales, expectativas, miedos, mitos, vínculo de apego, relato de la revelación, aspectos prácticos de manejo familiar, incorporación del niño a la familia a través de la vinculación asistida, entre otros.), en contextos de contención y reflexión grupal. 
    Para los futuros padres adoptivos, esta es una etapa de capacitación. Muchas veces se juntan con otros padres postulantes y ahondan más en el tema de la adopción. En la Fundación San José para la Adopción, en esta fase los matrimonios empiezan a elaborar un libro para su futuro hijo. Éste cuenta la historia de la familia, de la espera del hijo, la vida del niño antes de su llegada y desde que forman familia con él, e incluye fotos, para que el día de mañana el niño pueda ver su historia y su origen adoptivo. También se les invita a un ciclo de foros con profesionales y familias adoptivas, entre los que presentan testimonios de hijos adolescentes adoptivos, abuelos, tíos, porque el rol de la familia extendida es fundamental, entendiendo que no sólo se está adoptando un hijo, sino que se está integrando al resto de la familia.
    El equipo profesional está en contacto permanente con el Área Legal que les informa cómo va el proceso de los niños en tribunales y, en la medida que se producen avances en éstos, asigna los padres a los niños. Una vez que el tribunal ha aprobado a un matrimonio propuesto por la Fundación, se le avisa telefónicamente que existe una posibilidad para ellos y se les entrega antecedentes básicos del niño o niña. En esta llamada se cita al matrimonio a la institución y se les da la instancia de conocerse con el niño. Se comienza con la vinculación asistida.
    En ese contexto se construye un plan de acercamiento entre los padres y el niño, dependiendo de las necesidades específicas de este último, en consideración de su experiencia de vida, pero siempre caracterizado por la graduación en el establecimiento del contacto. Se está en asistencia permanente con el matrimonio mientras dure la vinculación asistida, para ir canalizando y apoyando el proceso de acercamiento de acuerdo a las necesidades específicas del caso. Una vez que el matrimonio se presenta en el tribunal y se les otorga el cuidado personal del niño, se procede con el enlace final en la fundación, momento en que ya pueden llevar a su hijo a casa. 
    En el caso de postulantes interesados en la adopción de niños mayores, se les realiza una preparación especial personalizada, dirigida al incremento de la sensibilidad parental necesaria para la adopción de niños con historias de institucionalización, con el objetivo que emerjan en ellos los recursos necesarios para entender, contener y facilitar la adaptación y acoplamiento del niño a la familia. 
    Toda vez que un niño está en su hogar definitivo, se ofrecen sesiones de acompañamiento psicosocial, en donde un equipo profesional se pone a disposición de la familia para ayudarle en lo que sea necesario, tanto acerca de la estimulación en los diferentes ámbitos del desarrollo del niño, como en el manejo parental y la reorganización del sistema familiar a partir de dicha incorporación. Es un equipo especializado que se encuentra disponible para acoger todas las dudas y dar respuesta personalizada a las necesidades particulares que puedan aparecerle al matrimonio en el camino de ser familia adoptiva.


    Cita normas A.P.A.:
    Siredey, Verónica y  Egaña, Pilar (2008). La llegada del hijo. Un llamado que pareciera detener la vida. Adopción y Familia, 1, 22-26

    URL Abreviada: http://numrl.com/llh01

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