8 de abril de 2009

Sergio Quiñones, psicólogo


Estabilidad de la pareja: 
crucial al recibir al hijo
Sicólogo clínico de la Universidad Católica, Sergio Quiñones, cuenta con una vasta experiencia como terapeuta externo de la Fundación San José para la Adopción, donde acompaña, desde 1997, a muchas parejas que están en proceso de ser padres. Nos habla de cómo se deben preparar las parejas frente a la adopción.
    ¿Cuáles son los elementos centrales que una pareja debe tener en cuenta al tomar la decisión de adoptar un hijo?
    En el caso de una pareja que no puede tener hijos, es importante que revisen cuáles son las motivaciones para querer tener un hijo; éstas no siempre son muy claras ni están en equilibrio. Cuando uno sabe que no puede ser padre biológico, cambia las perspectivas de lo que significa ser papá o mamá. Se vive una pérdida importante, de la capacidad de procrear. Se enfrenta esa idea narcisista que todos tenemos de que “yo no puedo ser algo que yo daba por hecho que iba a ser: un padre biológico”. No es fácil porque hay que elaborar la pérdida de algo que uno tenía absolutamente seguro; es doloroso y tanto la mujer como el hombre que desean ser padres adoptivos deben hacer un proceso de duelo. Por eso, el contexto emocional es más seguro y propicio tanto para la pareja como para el niño, cuando ambos son capaces de plantearse antes de la llegada de un hijo, cuáles fueron las motivaciones que los impulsaron a querer tener un hijo.

    ¿Cómo saber cuándo se está preparado para asumir una decisión así?
    Lo recomendable es que las parejas que quieren ser padres adoptivos, debieran estar estables tanto en lo laboral como en lo matrimonial. Si estoy pensando en que quiero hacer un viaje o tengo que cambiarme de trabajo, seguramente no será el mejor momento para adoptar. Lo importante es que el propósito y la motivación estén centrados en la llegada de un hijo. También, es clave que la familia extendida apoye en la crianza de este niño. El ajuste no pasa por un tema económico, sino de estabilidad frente a la llegada de un hijo.

    ¿Qué emociones son las que afloran con mayor naturalidad con la llegada de un hijo adoptivo?
    La espera del hijo biológico es más programada, se sabe que son nueve meses, uno se siente acompañado por la guagua durante esos meses. En cambio, en la adopción es más impredecible. La espera puede durar de uno a cuatro años, lo que hace que las emociones que se movilizan puedan ser muy fuertes. Cuando te llaman y te dicen que te van a entregar al hijo, la vida te cambia de un día para otro.

    ¿Se puede vivir como un shock?
    Sí, porque es muy impactante. Un día te levantaste para ir al trabajo y te llaman para decirte que puedes ir a buscar a tu hijo. Es una sensación muy profunda, muy fuerte, que te moviliza, te emociona, te alegra, te da susto. Creo que los padres biológicos se pueden preparar más emocionalmente durante los meses de espera.

    ¿Cuáles son las crisis más frecuentes cuando llega un hijo adoptivo?
    Una de las crisis es enfrentar la situación triangular que se produce con la llegada de un hijo. La mayoría de las parejas lleva mucho tiempo solos, entre 5 y 10 años, por lo tanto tienen una dinámica bastante independiente a la que ya se han acostumbrado, entonces la llegada de un tercero genera movimientos que no siempre son muy predecibles. En el caso de los padres adoptivos, no saben cómo viene este tercer integrante, lo que provoca ansiedad.

    ¿Qué miedos son los más frecuentes con los que se encuentran los padres adoptivos en el inicio de la crianza?
    Existen muchos temores que están relacionados con las fantasías que giran en torno a la adopción, que pueden ser de todo tipo dependiendo de los patrones culturales con los que te hayas criado. Por ejemplo, está la creencia de que los niños adoptados traen mágicamente cosas de los padres biológicos: si éstos tienen problemas delictuales, algunos creen que sus hijos los pueden traer en los genes. Otros temores más aterrizados, son que los niños tengan problemas genéticos, de inteligencia, que tengan eventuales secuelas por la drogadicción de los padres o presenten cuadros mentales complejos que también estén a asociados a la herencia.

    ¿Qué tipo de apoyo debieran recibir los padres adoptivos que recién comienzan a formar una familia?
    Depende de los niveles de formación y capacitación, así como los conflictos que pudieron haber tenido los papás adoptivos. Si se sienten inseguros, es bueno que alguien los acompañe y les explique, por ejemplo, las etapas de desarrollo que va a ir viviendo su hijo y cómo este niño va a ir probando los afectos que los padres tienen frente a él.

    CONVERTIRSE EN PADRES ADOPTIVOS
    Sergio Quiñones se refiere a la importancia que los padres cuenten con información sobre el origen del hijo. “Si tengo conciencia de que estoy recibiendo un hijo que originalmente no fue mío, que tiene una historia para atrás, etc. y asumo esa condición, no puedo obviar esa historia.”
    Este factor facilitará la integración del hijo a la familia. El psicólogo agrega “Tengo que estar agradecido de eso. Al asumirlo puedo vencer ciertos temores, como el que el hijo quiera buscar o conocer a sus progenitores en el futuro. Esto permite ver a la familia de origen como una parte de su historia y no como una amenaza para nosotros como padres”.

    ¿Cuáles son las ventajas de ser una pareja con varios años de matrimonio antes de ser padres?
    Una de las ventajas es que se conocen muy bien. Sabes cuáles son las motivaciones de tu pareja, están más seguros de que la adopción es una decisión en conjunto. Muchas veces las adopciones que son muy tempranas son para compensar un duelo que no fue procesado muy bien y para esconder las rabias, las penas, etc. y se decide rápidamente adoptar.

    Muchas veces los niños adoptados ya han vivido sus primeros meses con otras personas. En ese caso, ¿el tiempo que los padres le dedican al hijo adoptivo debiera ser mayor que si fuera un hijo biológico?
    Tal como a las madres biológicas se les da un pre y post natal, a los padres adoptivos también se les debiera dar un tiempo después que llega el hijo, independiente de la edad de éste. (Actualmente, éste es un beneficio que lo reciben sólo las madres adoptivas cuando el niño es menor de seis meses). Un niño adoptado, sin duda tiene cualidades que necesitan más atención. Deberían tener entre dos o tres meses ambos padres, ya que tienen que generar un vínculo, un apego que no existía. El hecho que una guagua haya pasado por varias manos, aunque haya sido con mucho cariño, implica que es una personita que viene con ansiedad e incertidumbre, las cuales tienen que ser compensadas con tiempo y calidad de sus nuevos padres.

    El hecho de recibir un niño con alguna discapacidad ¿aumentan las posibilidades de tener mayores problemas de pareja?
    En general los papás adoptivos tienen una muy buena predisposición cuando se comprometen con un niño que tiene alguna discapacidad. Lo asumen con una responsabilidad muy fuerte, de que pueden apoyar y ayudar incondicionalmente a este hijo. Creo que esto no es lo que produce problema en la pareja adoptiva, surgen por otros factores. Me sorprende el amor que entregan los padres que se abren a esta posibilidad de adopción.

    ¿Hasta qué punto afecta la educación que tuvo cada uno de los padres en su propia familia para la formación del hijo adoptivo?
    Un tema es la educación formal que recibieron los padres, pero no creo que sea lo más importante. Lo crucial es la experiencia afectiva que cada uno de los padres haya tenido en su propia vida y, por supuesto, la calidad de las relaciones que establecen como familia. Una pareja que sea muy comprometida y solidaria entre ellos, es capaz de transmitirlo al hijo, y esto tiene una influencia en el desarrollo y vida emocional del niño.

    El hecho de que los padres adoptivos hayan pasado por un proceso largo de “examen” para saber si son idóneos para la adopción, ¿es un factor que facilita la adaptación entre los padres y el hijo?
    Es un proceso inevitable, que no es agradable, pero sí necesario. Siempre les digo a las parejas que está en proceso de adopción: “aquí nuestros clientes son las guaguas que nos piden que elijamos a los mejores papás y nosotros tenemos que cumplir con eso. Las guaguas no se pueden defender. Si les elegimos papás que no están preparados, les podemos hacer un daño de por vida”. Los padres comprenden esto, se preparan para recibir a sus hijos, hay una disposición que ayuda a la pareja y que facilita la transición del niño a su nuevo hogar.

    ¿El rol de una madre adoptiva es distinto al de una biológica?
    En lo más grueso no, pero la mamá adoptiva tiene que desarrollar mucho más su sensibilidad; tiene que estar en una actitud de absoluta dedicación, de tratar de conocer a este hijo que nació lejos de ella, para entender sus claves y entregar los afectos.

    ¿Y el padre adoptivo?
    El papá adoptivo debiera tener un rol más participativo en la llegada del hijo, de apoyar más, de darle más seguridad a la mamá. Todas las fantasías y los temores, se enfrenten de a dos.
      Cita normas A.P.A.:
      Siredey, Verónica y Egaña, Pilar (2008). Sergio Quiñones, psicólogo. Estabilidad de la pareja, crucial al recibir al hijo.  Adopción y Familia, 1, 30-32.

      URL abreviado: http://numrl.com/sqp01

2 comentarios:

  1. Tal cual,
    "Es un proceso inevitable, que no es agradable, pero sí necesario. Siempre les digo a las parejas que está en proceso de adopción: “aquí nuestros clientes son las guaguas que nos piden que elijamos a los mejores papás y nosotros tenemos que cumplir con eso. Las guaguas no se pueden defender. Si les elegimos papás que no están preparados, les podemos hacer un daño de por vida”.
    Soy madre de dos hermosas niñas y podemos dar fé que la única diferencia que tenemos con un padre biologico es que mi hijo viene ya con una parte de su vida que nosotros no estuvimos presente, y que nuestra misión es conocernos, cuidarlos y amarlos.

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    1. Una reseña simple, clara y muy objetiva de lo que es la adopción y de las personas que estan presentes en ésta dinámica: el niño y sus padres adoptivos.
      Bien

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