8 de septiembre de 2009

Neva Milicic, psicóloga



Autoestima y Adopción
Lo importante no es de dónde venimos, 
sino hacia dónde vamos

Para Neva Milicic, la rigurosidad es fundamental. Tanto así que cuando se le pide esta entrevista accede a hablar de autoestima, aclarando que no es especialista en adopción. Sin embargo, a la hora de sentarse a conversar, sus puntos de vista son claros y profundiza en un factor que para ella es determinante: todos los niños son diferentes, por lo que no le gusta generalizar respecto de los hijos adoptivos.
    Sin mayores preámbulos, Neva Milicic, psicóloga de la Universidad Católica, establece los parámetros de la conversación para luego ahondar en el tema que nos convocó: la autoestima. “Creo que los hijos son hijos, que lo de adoptivo es un adjetivo calificativo y lo sustantivo es el hijo, que por supuesto puede determinar ciertas características, pero va a depender mucho de la forma en que la familia se relacione con él y haga los vínculos con este niño”.

    ¿No cree que en el caso de los hijos adoptivos sea especialmente necesario prestarle atención a la autoestima?
    Sí. En el caso de los niños adoptivos es necesario ponerle más atención a la autoestima, porque es primordial que el niño se sienta perteneciente. Uno debe tener cuidado en estos casos y es elemental remarcar mucho cómo el niño pertenece. Decirle: “Eres tan mío, eres lo mejor de mi mundo”, por ejemplo. Todas aquellas frases que de alguna manera le muestren al niño que es la parte más importante del planeta de sus padres, que para sus padres es prioridad. A los niños adoptados con mucho más fuerza hay que decirles cómo y cuánto los quieres, porque de algún modo tienen que compensar una primera experiencia que aunque ellos no la recuerden saben que existe, el no haber sido acogidos.
    Tan importante como trabajar este sentido de pertenencia es el mantener una actitud sana, lo que implica experimentar una genuina empatía hacia la madre biológica que dio en adopción al niño. “En el sentido que ella hizo lo mejor que podía cuando te entregó. No es que te abandonó, sino que no te podía cuidar en ese minuto y buscó la mejor alternativa”. A veces la mejor muestra de amor que uno puede hacer es dar un niño en adopción. Esto, sin olvidar expresar: “Tú no sabes cuánto te quiero, no sabes cuán feliz me has hecho”.

    ¿Consiste en entregar refuerzos positivos?
    Es más que un refuerzo, porque se refuerza al decir “muy bien”. Es señalar ciertas características del niño que te hacen feliz y explicitar el rol que tu hijo juega en tu existencia. Es dar una narrativa explicativa, que declare que él es tan tuyo como el más biológico de los hijos para una madre. Que te importa mucho, que te ha dado mucha felicidad.
    Si bien esto es muy importante, hay un rasgo en cierto tipo de familias por el que muestra preocupación. El tipo de familias que pone mucho énfasis en “de dónde se viene”, más que”para dónde se va”. Y que ponen a los hijos en colegios en los cuales es más importante justamente esto, de dónde se viene: centrados en los apellidos, en quiénes son tus padres. Es bueno darle la importancia que tiene, pero no sobredimensionarlo, no centrar el tema en esto. En la vida es mucho más importante para dónde uno va.
    Es muy positivo también relatar casos emblemáticos, como el de Barak Obama que, si bien era de familia humilde, llegó a ser Presidente de Estados Unidos. Enseñarle que todos tenemos oportunidades, así como también tratar y trabajar el tema de la discriminación. Eso es importante para los niños, porque probablemente ellos sospechan que la familia de origen es mucho más modesta que su familia actual.

    ¿Cómo trabajar el tema de la discriminación?
    Es bueno trabajarlo en términos generales, no sólo en cuanto a la adopción. Profundizar el hecho de que todos somos iguales y lo que es más importante: para dónde vamos y lo que hacemos. Preocuparse un poco del colegio al que irá ese niño, porque si él no corresponde al estereotipo de belleza de las clases altas, ponerlo en un colegio excesivamente elitista resultará problemático. No te digo que lo pongas en un colegio modesto, hay unos que son más inclusivos y otros más elitistas. Ésa es una variable fundamental, porque no es un problema del colegio, sino de los niños y de sus familias. No tenemos que buscar que los discriminen, tenemos que buscar colegios donde ellos puedan ser bien aceptados y acogidos.
    Es necesario hacer una distinción entre autoconcepto y autoestima. Autoconcepto es lo que tú dices sobre ti mismo en distintas áreas: física, intelectual, afectiva. A través de las cosas que el niño se dice respecto de sus distintas áreas se hace una narrativa, se cuenta un cuento acerca de quién es. Y ese cuento es muy importante que sea lo más positivo posible. Que sea verdad, pero esté marcado por sus fortalezas y no por sus debilidades. Además, que abarque lo múltiple y no se acabe en una categoría. Por ejemplo: “Eres muy cariñoso, tienes ojos lindos, eres alto y muy inteligente”.
    La autoestima, por su parte, es la valoración que uno hace de estas características, en lo que juega un rol fundamental la familia extensa. En general, los papás adoptivos lo hacen bastante bien, han sido muy preocupados y han esperado mucho por su hijo, leen y se han preparado. Algunas veces cometen un cierto error en el sentido de que tienden a pensar que los contextos van a ser tan receptivos como son ellos con sus hijos. En este sentido, la familia extensa tiene que jugar un rol en la aceptación del niño. Si no, cuando son discriminados, pueden llegar a tener relaciones corteses, pero distantes.
    Algunas personas puedan sentir preferencias. Yo entiendo que la gente pueda sentir cosas, pero los adultos tenemos la capacidad de autorregularnos. Normalmente todos podemos tener alguna preferencia marcada por alguien, pero no se tiene que notar, porque uno no puede andar dañando a los niños. Hay que cuidar a los que han tenido un daño inicial en su primer abandono. Ellos necesitan con mayor razón la acogida, la ternura, la sintonía con las necesidades de los otros.

    ¿Qué consejos prácticos le podría dar a los padres que quieren fortalecer la autoestima de sus hijos?
    Primero, recalcar mucho para dónde se va, por sobre de dónde se viene, eso me parece esencial. Segundo, centrarse más en las fortalezas de los niños que en su déficit. Mirar las cosas buenas que tiene, lo que es válido para todos los niños porque esto de ser hijo adoptivo tiene que ser un dato más, no lo más importante en la relación con el niño. Ahora, no soy partidaria de andar contando por los diarios que los niños son adoptados. Ese es un dato íntimo que compartes con quien quieres, no porque sea malo, sino porque las cosas importantes uno no las anda publicitando en la farándula. Si el niño decide contarlo, bien, pero algunos niños lo sienten como una violación de la intimidad, y hay que tener mucho respeto con eso. Todos los temas de la adopción en general hay que hablarlos en una relación uno a uno con el niño y no quedarse pegado en el tema, porque puede fijarse en su mente como que ése fuera el dato más importante en su vida; hay que considerar que es un dato más, no es “el dato”. Además, este niño es un espléndido deportista, es encantador, simpático, inteligente, solidario, buen amigo, en fin, resaltar las cosas positivas que tenga.
    Es muy importante para estos niños la amistad. Hacer un grupo de dos o tres que sean sus yuntas, que sea su grupo de amigos, porque el grupo protege mucho y da la sensación de pertenencia.
    Lo importante es tratar de ser padres suficientemente buenos, considerando que la perfección no existe y parafraseando al pediatra inglés Donald Winnicott. En términos generales, el seguimiento que la psicóloga tiene de pacientes que son hijos adoptivos, muchos de los cuales ya están llevando a sus propios hijos, es que sus padres han sido muy acogedores, que han logrado validar los logros de los niños y aceptar sus limitaciones. Y los hijos han sentido muy fuertemente que ellos son prioridad en la vida de sus padres. En general, no se han enfocado obsesivamente en el tema de la adopción, pero sí muchos le han dado a sus hijos la oportunidad de una instancia, como la terapia, para que elaboren esta primera pérdida, que es la sensación de no haber sido acogido por sus progenitores.
    El humor y el optimismo, también destacan como herramientas importantes de aquel mecanismo central que permite formar personalidades resilientes. Hay que pensar que de algún modo ser adoptado es una adversidad y es algo que uno tiene que superar. Los factores que más ayudan a fomentar que los niños sean resilientes es la autoestima, sentir que alguien los quiere incondicionalmente y un clima de optimismo.
    Y en este mismo sentido, incorporar una práctica que puede ser tan sencilla, como fundamental en la formación del niño, es la de repasar al final del día las cosas buenas que le han sucedido y comentar todas aquellas que se esperan del día siguiente.
      Cita normas A.P.A.:
      Siredey, Verónica y Orellana, Pía (2009). Neva Milicic, psicóloga. Autoestima y Adopción. Lo importante no es de dónde venimos, sino hacia dónde vamos.  Adopción y Familia, 2, 44-47.

      URL Abreviada: http://numrl.com/nmp02

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