Una historia con muchos capítulos
Este
enorme desafío es posible gracias a las competencias maravillosas del cerebro
infantil, que a su vez es interdependiente para su desarrollo y su maduración,
de los aportes que realizan todas las personas que participan en su crianza,
comenzando por sus padres adoptivos. Desgraciadamente, el inicio de esta
historia es para la mayoría de los niños y niñas, doloroso y a menudo
traumático. En algunos casos, el sufrimiento será mínimo y lo más probable que
no existirán traumas tempranos, cuando la adopción es consecuencia de una
renuncia hospitalaria y/o de una medida judicial que permite que esto ocurra lo
más temprano posible. Esto, sin que exista además daño intrauterino por consumo
de drogas, alcohol y/o contextos graves de estrés que hayan afectado a la madre
y al bebé en desarrollo, como es el caso de la violencia conyugal.
Es
fundamental para prevenir o disminuir el impacto de los traumas tempranos –en
caso que los bebés o niños deban esperar un tiempo más prolongado- proporcionarles
un medio de vida propicio en acogimiento familiar o en una institución
adecuada. Esto, para garantizarle que sus necesidades básicas estén cubiertas y,
sobre todo, para asegurarle un contacto interpersonal que le brinde las bases de
una experiencia de apego seguro, así como la estimulación necesaria para
prevenir los atrasos de su desarrollo. Estas intervenciones tienen que ser
imperativas cuando los niños y las niñas adoptados han sufrido trauma temprano,
trauma que no se hubiera dado si sus padres biológicos hubieran podido recibir
de sus familias y sus entornos sociales lo necesario para que aprendieran y se
atrevieran a criar.
En este
sentido, los padres adoptivos necesitan y tienen el derecho a recibir el apoyo
de toda la comunidad que participa en la crianza de sus hijos e hijas, vecinos,
profesores, médicos, etc. Se agrega a esto la necesidad de brindarles la
información, el conocimiento y las explicaciones que les ayuden a integrar en
primera instancia, la historia escrita en sus cuerpos cuyo registro son sus
memorias sensoriales y emocionales; luego, las historias a menudo injustas de
sus genitores, que explican en parte su condición de adoptados; y sobre todo,
la historia de su adopción, que es uno de los tantos ejemplos maravillosos de
la capacidades altruistas de los seres humanos, aunque muchas veces el punto de
partida esté marcado por el dolor de la infertilidad de la pareja de
adoptantes.
El
facilitar la co-contruccion de una historia veraz, respetuosa de los tiempos,
de los contextos, que integre en un clima afectivo las diferentes fuentes de
información, incluyendo los errores y aciertos de jueces, profesionales de la
adopción, médicos, psicólogos, etc. Es también una forma de contribuir para que
el proceso adoptivo sea una oportunidad para los adoptantes y adoptados de
transformar las dificultades en ese maravilloso fenómeno que es la resiliencia.
Cita normas A.P.A.:
Barudy, J. y Dantagnan, M. (2011). Una historia con muchos capítulos. Adopción y Familia, 7, 7
URL Abreviada: http://numrl.com/byd07
Barudy, J. y Dantagnan, M. (2011). Una historia con muchos capítulos. Adopción y Familia, 7, 7
URL Abreviada: http://numrl.com/byd07
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