AUSENCIA
Me pensaba fuerte
Para soportar
Los más duros golpes
Que la vida me quisiera dar
Aunque he luchado por sanar
La pena y la angustia
Me vuelven a buscar
Entonces vuelvo a recordar
Que ya no estás junto a mí
Sé que yo así lo elegí
y me causa un dolor
Que no puedo reprimir
Quisiera estar junto a ti
Cuidarte, amarte,
Y volver a verte sonreír
Al decidir que te iba a dejar
Jamás pensé
Cuán grande sería el dolor
Que me iba a causar
Ahora ya no hay vuelta atrás
Pero me consuela pensar
Que tu vida será mejor
Que la que yo te pude dar
Aunque no estés aquí
Mi mente vivirá junto a ti
T. M.
30-Oct-07
Sabes,te quiero contar que soy hija adoptiva tb tengo ya 46 años y me cuidaron bien ,lo mejor que pudo hacer una madre biológica,es que dar en adopción, a un hijo se le abren muchas puertas que seguro jamas tendria.por otro lado de la vida ,hoy vivo la adopción de mi hija que ya tiene 6 añitos,mi c es lo mas hermoso que nos ha pasado en la,ella eligió estar con nosotros ,por que su madre biologica fue el medio que Dios encontró ,para que ella llegara a mi ,Dios y la virgen también nuestros 3 hijos fallecidos ,nos dieron nuevamente la vida ,el Amor por nuestra hija ,no se puede decir en palabras,solo habla el corazón ,el amor ,la magia y el sentimiento,Jamas dudes que tu bebe ,comprendera en algún momento de su vida ,lo difícil que fue para ti esta decisión ,pero lo hiciste desde el amor de una madre,con todo el dolor que te causo esto,pensaste en ella ,en ese ángel que jamas saldrá de tu corazón,y siente también alegría,de que es Feliz..Gracias
ResponderEliminarESTIMADA AUTORA DEL COMENTARIO ANTERIOR,
ResponderEliminarcon mucho respeto por lo que cuentas de tu propia experiencia, quisieramos invitarte a contactarnos; nos gustaria poder conversar contigo y aprender de tu experiencia de vida que resultaria un gran aporte para nosotros como profesionales, que estudiamos y nos llenamos la cabeza de teoria, pero que verdaderamente es la vida real la que mas nos enseña.
por favor escribenos a contacto@adopcionyfamilia.cl
Equip editorial AyF