8 de septiembre de 2009



Aquella noche con urgencia
los astrólogos en reunión,
algo pasó en el firmamento,
les atrajo su atención.

Revisaron uno a uno
antiguos cálculos de rigor,
las simetrías del azul estrellado,
las galaxias de eterno fulgor.

Una estrella aparecía
pequeñita como un candil,
no figuraba en ningún mapa
desde el cielo y su confín.

Un astrólogo, el más sabio,
no perdió la ocasión
esforzó su ágil mente
y entregó la explicación:

Un nuevo astro ha llegado,
exclamó con emoción,
su dulzura y alegría
encendió toda ilusión.

María Gracia Belén,
le llamaremos
dijeron todos, nadie calló.
Es nuestra nueva estrella
de sonrisa linda,
una reverencia,
y un sol brillante, la saludó.

Ella mira desde su trono,
la Princesita no se inquietó,
unos ojos de poemas
y de cuentos regaló.

Su manita es tan blanca
y sus deditos extendió,
un silencio constelado
de amor puro esparció.

Desde entonces su castillo,
de todo visitante es atracción,
ella simplemente de regalo
les ofrenda una canción:
y su sonrisa es suficiente
para cautivar toda emoción.

Rubén Bustillos B.

2 comentarios:

  1. Es un poema muy lindo que refleja que el amor del padre hacia su hija tiene dimensiones infinitas.

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  2. Realmente lindo ... se lo leeré a mis hijos

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