9 de agosto de 2010

Jorge Barudy, psiquiatra infantil / Maryorie Dantagnan, psicóloga infantil



Revelar el origen a nuestros hijos o hijas:
Una tarea más de la parentalidad adoptiva


El gran desafío de los padres adoptivos es ofrecer a sus hijos e hijas todas las oportunidades para que puedan adquirir un apego seguro. Esto no es siempre una tarea fácil, pues debido a las experiencias de carencia, sufrimiento y abandono que sufrieron antes de ser adoptados, los niños no han desarrollado la confianza y el autocontrol necesario para recibir el afecto y los estímulos sin sentirse amenazados.
    Por esta razón, la adopción implica mucha paciencia y sobre todo perseverancia en aportar los cuidados, la estimulación y el cariño para vencer la desconfianza y el dolor interiorizado. Pero también es importante ofrecerles límites explícitos a sus conductas y un control adecuado para contener sus desbordes emocionales y conductuales.
    Todos los padres, y sobre todo los adoptivos, no deben nunca olvidar que la modulación emocional y conductual, es un logro que los niños y niñas alcanzan gracias al control externo que un adulto le ofrece, para que más adelante pueda interiorizar dichos límites.
    Todo lo anterior es fundamental y prioritario con relación al conocimiento de los orígenes y esto es válido para cualquier hijo o hija. Lo singular en el caso de la adopción es que el hijo o hija no nació del vientre de su madre, sino que le fueron a buscar a un lugar donde le cuidaron hasta que se produjo el encuentro con sus padres adoptivos. Mientras más se normalice el hecho que hay niñas y niños que son criados por los padres que les hicieron y en cambio otros no, menos dificultad tendrán los niños de integrar naturalmente esta singularidad.
    La revelación del origen, tanto en su contenido, como en el modo en que se enuncia o comparte la información, no tiene por qué ser una fuente de sufrimiento para los hijos adoptados. Sobre todo, si se toma en cuenta la madurez evolutiva del hijo o hija y si el entorno familiar ha vivido la singularidad de la adopción con naturalidad.
    Algunas corrientes psicológicas han complicado esta cuestión, al introducir recetas y generalizaciones respecto a la mejor edad para revelar la adopción, pero creemos que los padres que consideran la adopción como un fenómeno extraordinariamente normal en sus vidas y a la vez son afectuosos, cercanos y respetuosos de sus hijos e hijas, encontrarán siempre el mejor o los mejores momentos para conversar con sus hijos e hijas adoptivas con naturalidad, respeto y empatía, sobre el inicio de su vida.
    De esta manera, los hijos e hijas adoptivas podrán ir interiorizando que aquellos que le hicieron le dieron la vida, pero son sus padres adoptivos quienes le van permitiendo saborear su esencia.
      Cita normas A.P.A.:
      Barudy, J. y Dantagnan, M. (2010).Revelar el origen a nuestros hijos o hijas: Una tarea más de la parentalidad adoptivaAdopción y Familia, 4, 7.

      URL Abreviada: http://numrl.com/byd04

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