13 de agosto de 2011

Adopción de niños mayores

A prepararse papás
¿Cómo recibirlos?
Para la mayoría de las parejas que buscan formar familia a través de la adopción, lo primero que se les viene a la mente son niños muy pequeños. Sin embargo, también están quienes no piensan en recién nacidos a la hora de convertirse en padres. Es posible recibir niños más grandes. Entonces, ¿cómo prepararse para su llegada? ¿Podrá aceptar su historia y empezar una nueva? ¿Es la resiliencia la clave de todo? Estas y otras interrogantes son normales y afortunadamente tienen respuestas positivas.
    Antes de comenzar, es necesario clarificar los conceptos “niños mayores” y “niños con necesidades especiales”. Éstos hacen referencia a aquellos niños que presentan condiciones particulares que requieren de unos padres altamente comprometidos para lograr una adopción exitosa, ya sea por su edad (mayores de 3 años), por ser grupos de hermanos o porque presentan alguna condición física o de salud que requiere de apoyo específico.
    No es necesario ser experto en el tema para saber que la adopción de un niño mayor es distinta y quizás más compleja que la de un lactante, pero ¿cuáles son esas diferencias concretas? En ambos casos el fin es el mismo, como dice Alejandra Aspillaga, psicóloga, terapeuta familiar y miembro de la Unidad de Adopción del Instituto Chileno de Terapia Familiar: “La similitud tiene que ver con lo que significa el proceso de adopción: responder a niños que han sido vulnerados en sus derechos de vivir en familia, proveyéndoles de una familia que pueda hacerse cargo de ellos”. La diferencia radica en que el proceso de los mayores debe ser paulatino, ya que estos niños traen consigo una historia de vida que los marca y que no debe ser borrada ni ignorada, esperando que comiencen de cero.

    Las tres etapas: Luna de Miel, Prueba e Incorporación.
    “Imagínate tú, que el día de mañana te toman y amaneces en la luna, con un suelo en donde se te hunden los pies y te llaman XX7 y tú miras para todos lados, preguntándote ¿qué es XX7? Eso es lo que le pasa a un niño adoptado: lo sacan de un ambiente y lo llevan a otro” ejemplifica Marta Hermosilla, psicóloga especialista en adopción, explicando por qué el proceso de adopción de un niño más grande debe ser paulatino.
    Lo que se recomienda es que los padres lo visiten periódicamente en el hogar o residencia y que, luego de un tiempo, se vayan juntos a la casa. Es lo que se llama una vinculación asistida: los padres empiezan a compartir con su hijo, pero en el entorno de él, y con ayuda profesional de por medio. La partida al hogar adoptivo dependerá de cómo se ha ido dando este proceso y sintiendo el niño, es importante ajustarse a su ritmo, él dará la pauta de cuándo está preparado para partir a su nueva familia. Y es entonces cuando empieza la primera de las tres etapas que vivirán juntos: la luna de miel.
    “Me ha tocado participar en el encuentro de un niño mayor con los padres que venían del extranjero. Estábamos en la consulta y el niñito entró y los miró, gritándoles ¡Papá, Mamá! y ellos se derritieron, pero ese ¡Papá, Mamá! se lo pueden decir a un carabinero que está en la esquina, a cualquiera”, ya que por lo que han vivido, suelen presentar lo que se llama apego indiscriminado, es decir, una tendencia a mostrar conductas de afecto frente a cualquier persona en busca de seguridad, porque no han tenido la experiencia de contar con figuras permanentes y estables en sus vidas, . “Cuando están en la época que recién se están conociendo, los niños son unos angelitos” cuenta Marta. Y es que el sueño de ese niño es irse del hogar y pertenecer a una familia, lo que nos lleva a la segunda etapa: la de prueba.
    “Cuando llega a casa y empieza la vida en común con la familia, en que ya no se le está dando el gusto en todo, entonces es cuando el niño comienza a probar a sus padres. Se porta mal una y otra vez. La base de este período es la inseguridad de ser querido”.
    El niño no siente que pueda ser querido, y no quiere sufrir de nuevo, entonces en esta etapa puede confirmar su tesis de que él no es querible, “una teoría malsana” según palabras de la psicóloga. Además, en este periodo también pueden aparecer conductas regresivas, en las que el niño, por ejemplo, se hace pipí o habla como guagua, en un intento por reparar lo que le faltó en alguna etapa del desarrollo. “Son oportunidades de oro para reparar el abandono” afirma, ya que los padres pueden entrar al juego, regaloneándolos como si fueran más pequeños, pero al mismo tiempo mostrarles el lado positivo de lo que significa ser un poco más grandes.
    “El niño te va a probar, no porque le guste probar, sino porque necesita adoptarte a ti de vuelta, es decir, que tú te hagas una mamá confiable, que vas a estar en las buenas y en las malas” dice Alejandra Aspillaga, y cuando se produce esta adopción es cuando el hijo entra a la tercera y última etapa, la de incorporación, donde se da cuenta que el cariño de sus padres es incondicional. Esta etapa suele revivirse durante la adolescencia, cuando el hijo logra una reflexión más madura y ya definitivamente “se siente hijo de sus padres”.

    Los padres deben respetar los tiempos
    Para Marta Hermosilla, que además de psicóloga es madre adoptiva, los padres que adopten niños con necesidades especiales deben contar con tres características imprescindibles:
    1. Tener buen sentido del humor, “porque si vas a estar muy serio, con todas las tonteras que hacen los chiquillos, te vas a volver loco”.
    2. Tener tolerancia a la frustración y tener paciencia, “porque el niño adoptado te va a probar una y otra vez”.
    3. Dedicarle mucho tiempo al hijo. “He visto que existe una categoría de niños que son invisibles, que los padres no los ven, porque andan entre todos los otros niños. Dicen ¡vamos niños! y la individualidad ¿dónde queda?”. Hay que tener especial cuidado en esto, ya que son niños que han vivido en hogares donde todo funciona masivamente y su individualidad es un valor que merece ser rescatado.
    María Fresia Ugalde, asistente social y Coordinadora del Área Niños Preescolares de Fundación San José, nos cuenta su visión sobre otras actitudes que pueden presentarse. “Él va a llamar la atención porque nunca tuvo atención exclusiva, sino atención como uno más. Hay papás que dicen este niño es egoísta o glotón, porque en la casa, si le sirven el plato, se lo come rapidísimo; si le dan un regalo, lo guarda de inmediato, pero lo que pasa es que ellos deben comprender que esa es una estrategia lógica de convivencia . Imagínate que es un niño de 3 años que ha vivido durante un tiempo en un hogar con más niños de la misma edad, entonces tenía que competir para comer antes que el de al lado”.
    Para Alejandra Aspillaga, los padres que adoptan niños más grandes “son personas que tocan lo más profundo de la crianza”, ya que para ello deben comprender lo que significa ser un niño vulnerado en sus derechos. Es necesario entender que el punto de vista del niño es el miedo y la desconfianza debido a su experiencia. Una vez que asumen esto pueden empezar a escribir una nueva historia, pero siempre respetando el pasado, “Hay que adoptar al niño con toda su historia” enfatiza.
    Es más, si el niño empieza hablar de lo que era su vida antes de llegar a su familia adoptiva, es una buena señal, ya que significa que se siente seguro. En este momento los padres deben acercarse y escucharlo con interés. El hijo se va a abrir y va a confiar cuando lo sienta, y para que eso ocurra, los padres deben respetar sus tiempos.

    Finalmente, los niños son niños
    La etapa de prueba puede ser bastante difícil, pero con sentido del humor, tolerancia a la frustración, paciencia y dedicación al hijo, la adopción puede ser un éxito. Para las tres entrevistadas, la adopción de niños con necesidades especiales es algo totalmente realizable.
    “Es una tarea que puede lograrse. Un hijo adoptivo es tan lotería como un hijo biológico”, dice Marta Hermosilla.
    “Yo creo que es importante que haya un profesional. Sino, lo que funciona muy bien es juntarse con otra familia de las mismas características en términos de adopción. Me parece que los grupos de autoayuda entre los pares, entre familias que estén pasando por lo mismo, es una de las mejores formas de fortalecer a los padres” comenta María Fresia Ugalde.
    Alejandra Aspillaga prefiere ejemplificar todo con un libro que habitualmente trabaja en su consulta, Choco encuentra una mamá. Choco, un pajarito, decide buscar una madre, por lo que va de animal en animal preguntando ¿Tú eres mi mamá? Obteniendo la misma respuesta por parte de la jirafa, el pingüino y la morsa: no, porque no tienen ningún parecido con él. Finalmente se acerca la osa y ella le pregunta a Choco ¿Qué necesitarías tú que hiciera una mamá? ¿Te gustaría que te abrazara? - Si, responde. ¿Y que jugara contigo? – Si. ¿Y que te cocinara algo rico? - Si. “Eso es una mamá. Eso es lo básico, eso es lo que necesita un hijo. Finalmente, los niños son niños”, afirma la psicóloga.


    ¿Un cambio de mentalidad en los chilenos?
    Año
    Adopciones niños de 3 a 5 años por personas residentes en Chile
    Total Adopciones
    % adopciones de niños de 3 a 5 años en Chile
    2007
    61
    355
    17,1 %
    2008
    78
    398
    19,6 %
    2009
    84
    420
    20 %
    2010
    78
    419
    18,6 %
    *Cifras Sename
    Las cifras muestran una ligera tendencia al aumento de las adopciones de preescolares por parte de padres chilenos. ¿Se podría pensar en un cambio cultural?
    “No he percibido este cambio, no te podría decir que es una tendencia la que yo he visto. A mí todavía me toca mucho ver que las parejas que están adoptando el primer hijo, quieren guagua, la gran mayoría al menos. Cuando es el segundo hijo, se abren a la posibilidad de que pueda ser un niño más grande” comenta Alejandra Aspillaga.
    Para Marta Hermosilla la respuesta es negativa. “Lo que hay es una realidad de vida. La sociedad ha cambiado, las personas quieren ser padres más tarde, por lo que es muy posible que no reciban a un lactante”. Y coincide con ella María Fresia Ugalde “Yo creo que una vez que el matrimonio conoce la historia del niño, lo que significa, se le quita el susto de adoptar a un preescolar. Entienden que un niño más grande es una persona con potencial, al igual que un lactante”.


    Cita normas A.P.A.:
    Rocca, Ignacia (2011). Adopción de niños mayores. A prepararse papás ¿Cómo recibirlos?Adopción y Familia, 6, 4-7

    URL Abreviada: http://numrl.com/anm06

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