Preparándose para
ser familia
La decisión de adoptar un hijo no es
fácil y cuando se la toma, es preciso que tanto los futuros padres como los
futuros hijos reciban una preparación para tal efecto.
Todo hijo adoptivo comienza a vivir con
una carga inconciente el conocimiento del corte, de la ruptura de la relación
con la madre biológica y, a veces, con el dolor inconciente de haber sido
rechazado in utero. El hijo adoptivo parte su vida cargado con las huellas de
un abandono, del cual él no se percata concientemente sino cuando ya es más
grande. En el caso de los niños que son adoptados mayores, su realidad de vida
durante el lapso que han estado solos es muy dura. Hay en sus historias
múltiples abandonos, cada uno de los cuales ha dejado una fuerte impronta de
dolor, una herida que es preciso sanar, pues en general, las experiencias de
abandono conllevan la dificultad de darse el permiso para apegarse a nuevas
figuras.
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