Alberto Núñez
Todavía es una situación aún no bien comprendida y que parece
rebatir los argumentos que siempre se atribuían a las diferencias entre etnias.
En todo caso presenta una dimensión importante por su numerosa afectación a la
población infantil de adopción. No es propiamente una enfermedad o una
alteración importante de su salud. Podríamos llamarlo como una especie de
tributo que la naturaleza cobra cuando al adoptarlos, les rescatamos de la
necesidad más acuciante e incierta y les situamos en una vida plena, feliz y
llena de futuro. Paradójicamente, representa un buen estado de salud, pero
podría tener consecuencias psicológicas o de integración no deseadas. No
sabemos todavía a cuantos afecta, pueden ser muchos.
La pubertad precoz es frecuente en niñas adoptadas de
países no desarrollados o en vías de desarrollo, como se ha comunicado en
Suecia, a propósito de 21 niñas, en Bélgica (8 casos), en Italia (19 casos), y
en Francia (13 casos). En España está publicado 1 caso, procedente de China.
Muchas de estas niñas llegan a sus nuevos hogares en un
estado de desnutrición crónica, con déficit de peso y talla, pero desarrollan
un rápido crecimiento (catch-up), con lo que en unos pocos meses alcanzan su
masa corporal determinada genéticamente. En el desarrollo de una pubertad
precoz están implicados factores relativos a un cambio de nutrición, a cambios
neurohormonales o estar también implicadas situaciones psicoafectivas.
El momento del cambio de alimentación, que se hace desde
una posición cercana a la desnutrición, provoca una serie de cambios hormonales
que favorecen la pubertad precoz: No es un hecho general, solo tienen un mayor
riesgo las niñas adoptadas después de los 5-6 años. Pero además, también
influye su pasado de negligencias sufridas. Están descritos casos de abusos o
maltratos en que una vez alcanzada la estabilidad psíquica y funcional con la
nueva familia en niñas a partir de los seis años, se precipita la pubertad
precoz. Se desconoce el funcionamiento de este mecanismo.
En general, estas niñas presentan en el momento de la
adopción un mayor retraso de la edad ósea y bajo peso, observándose tras la
adopción, cómo la edad ósea progresa muy rápidamente llegando antes a la pubertad.
En resumen, se destaca el hecho de que la pubertad precoz es frecuente en niñas
procedentes de adopciones internacionales, sobre todo a partir de los 5-6 años.
La hipótesis endocrinológica es la siguiente: En la
pubertad femenina normal se produce un aumento importante del tejido graso
(>120 %) y de la masa muscular (>45 %). Los estudios hechos “in vitro”
sobre células grasas muestran que hay conversión de andrógenos de origen
suprarrenal a estrógenos. Por lo tanto, el aumento rápido del peso de cuerpo
observado en estas niñas, probablemente es asociado a un aumento en la
circulación de los niveles de esteroides activos que podrían estimular los centros
cerebrales del hipotálamo y causar la estimulación precoz del eje hipotalámico-hipófisis-gónadas.
Pero además, las dietas originales de estas niñas también
podrían ser un factor importante. Antes de la adopción está comprobado que
consumían una dieta baja en proteínas y calorías, fundamentalmente de origen
vegetal, con un cambio a una dieta equilibrada y enriquecida tras la adopción.
Los mecanismos postulados suponen los siguientes hechos:
Unas condiciones de mejoría en la alimentación incrementan
la aparición del factor de crecimiento 1 insuline-like (IGF-1), que estimula la
maduración de folículos ováricos y su producción estrogénica, así mismo también
se estimula la secreción por el hipotálamo de la liberación de la hormona del
crecimiento GRH, uno de cuyos efectos es la maduración sexual. Además, en las
dietas de restricción de carnes, aparece el aumento de un péptido llamado
neuropéptido-Y. Este péptido tiene la acción de inhibir la liberación de GRH en
el hipotálamo. Cuando aparece la nueva alimentación, hay un aumento en la
producción de insulina, que produce la inhibición del neuropéptido-Y, no inhibiendo
entonces la excreción de GRH.
La vigilancia médica en niñas adoptadas de países en vías
de desarrollo, es necesaria, sobre todo si son adoptados en la edad crítica de
4-9 años. El tratamiento médico inhibitorio, que reduce o bloquea la maduración
de hueso, esta indicado cuando la predicción de altura inicial es baja.
Finalmente, hay una creencia errónea (lamentablemente
difundido desde algunas ECAIS) que la pubertad precoz es un acontecimiento
normal en niños que proceden de países en vías de desarrollo. En estas
muchachas, una inadecuada altura final puede empeorar los problemas
psicológicos causados por sus diferentes rasgos étnicos y puede aumentar sus
problemas de integración a su nueva vida.
Es un trágico tributo por pasar del tercer mundo al primero,
un claro efecto colateral no deseado. La buena noticia es que tiene su
tratamiento, que lleva muchos años en practica, es seguro y eficaz, con muy
buenos resultados si se realiza a tiempo.
Prevención
El
principal punto de vigilancia esta en la ganancia de estatura y peso, sobretodo
dentro del primer año en que la niña inicia su nueva vida. Parece ser ésta la circunstancia
más decisiva si la privación nutricional anterior es grande y el retraso de estatura
y peso inicial está muy marcado. Dependerá también de la edad del momento del
cambio nutricional, tienen mayores probabilidades las niñas que realizan ese
cambio (adopción) en años potencialmente al borde de la pubertad. Parece que
las edades límites se sitúan bordeando los 3 ó 4 años. Después de la edad de
los 8 años, si no se puede hablar en términos de pubertad precoz, sí se puede definir
como pubertades inquietantes, pues son demasiado rápidas con una edad ósea que
va a progresar más rápidamente que la edad civil y que la edad estatural.
Para
vigilar su aparición es conveniente utilizar curvas de crecimiento
estaturoponderal, atendiendo a la presentación de uno o varios valores alejados
de la media durante el primer año. La realización de una curva de índice de
masa corporal nos dará una rápida información de ganancias importantes.
Para
las niñas que entran en esta categoría de edad de riesgo, una prueba
radiográfica de la muñeca de la mano, con el fin de determinar su edad ósea
debe de ser propuesta justo en la llegada a su nuevo país, sirviendo así de
dato de referencia en caso de producirse una aceleración estaturo-ponderal
importante, que motivará otra prueba radiográfica de edad ósea comparando las
variaciones de edad ósea, estatural y civil. Una edad ósea progresada más
rápidamente que la estatural, y ésta más que la civil, es evocador de muchos
procesos de pubertad adelantados. Es aconsejable seguir muy de cerca el
crecimiento de las niñas de adopción, independientemente de su origen étnico.
El riesgo de pubertad precoz, según los datos que se esta observando, es mayor
en niñas que hayan sufrido los mayores rigores de desnutrición, así se puede
situar que aquellas niñas que provengan de las regiones más desfavorecidas
(África y Asia), tienen mas riesgo que de otras menos desfavorecidas (Países del
Este).
URL Abreviada: http://numrl.com/ppa08
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