29 de agosto de 2013

Derechos del niño, niña y adolescente

Tengo derecho a tener una familia
Carolina Bascuñán D.
Directora Fundación ‘Crecer con Justicia’

Existe consenso a nivel internacional sobre que cualquier medida de protección hacia la infancia vulnerada debiese estar destinada a garantizar que los niños y niñas vivan en una familia protectora. Este derecho ha sido consagrado en importantes instrumentos internacionales que entregan un marco legal a los estados para garantizar el cumplimiento del mismo.
El derecho a vivir en familia se basa fundamentalmente en la capacidad socializadora de éstas, debido a que no existe otro lugar más apropiado para que un niño o una niña se forme como ser social, que no sea en el seno de una familia.
Tanto es así que la evidencia científica señala que aquellos niños que son cuidado por familias adoptivas o familias de acogimiento transitorio, presentan no sólo mejores resultados en el ámbito cognitivo y emocional que aquellos que pasan el mismo período en instituciones de protección, sino que también se convierten en adultos con un mayor nivel de adaptabilidad social, lo que les posibilita conseguir trabajo con mayor facilidad, establecer relaciones sociales sólidas y formar sus propias familiar en mayor proporción que aquellos niños que no gozaron de este derecho.
Lo anterior no resulta curioso si muchos de nosotros revisamos nuestras prácticas parentales y vemos cómo ellas están fuertemente influenciadas por nuestras experiencias de vida, sobre todo que se basan en los recuerdos que tenemos acerca de lo que nuestros padres hicieron respecto de nosotros.
Estos aprendizajes son especialmente importante en la primera infancia, y en específico durante el periodo de 0 a 3 años, fundamentalmente debido a que en estos primeros años el serhumano establece vínculos y recibe estímulos que le posibilitan adquirir las habilidades que le permitirán el relacionamiento social con su entorno. Así lo señala recientemente el documento: “Llamado a la acción: Poner fin al internamiento de niñas y niños menores de tres años en instituciones de protección”,de UNICEF.
En este llamado se sostiene el hecho de que una institucionalización precoz y prolongada tiene graves efectos perjudiciales sobre la salud y desarrollo físico y cognitivo de la niña o el niño. Estos daños causados por una permanencia en las instituciones pueden llegar a ser irreversibles.
Por todo lo anteriormente mencionado es que resulta de suma urgencia comprometernos como sociedad en la garantía que tiene todo niño y niña a crecer y desarrollarse en una familia protectora, lo que quiere decir que viva en un ambiente que desarrolle al máximo su potencial de vida y garantice, a su vez, una sociedad que ponga en el centro de su atención la protección de la infancia que ha sido vulnerada.
Los derechos son una garantía de todos los niños y niñas sin distinción alguna y somos los adultos los llamados a velar por su cumplimiento.

Cita normas A.P.A.:
Bascuñán, Carolina (2013). Tengo derecho a tener una familiaAdopción y Familia, 9, 23

URL Abreviada: http://numrl.com/dna09

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