La lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo
Durante
la dictadura militar argentina ocurrieron violaciones a los derechos humanos
que no sólo afectaron a los adultos de la época, sino también a niños por nacer
y ya nacidos. A torturas y desapariciones, se sumó el secuestro de niños, en el
marco de un plan sistemático de apropiación ilícita que hasta el día de hoy
tiene a las Abuelas de Plaza de Mayo, luchando por el esclarecimiento de casos,
la búsqueda de Justicia y la restitucióndel derecho a la identidad de quienes
fueron dados en adopción desconociendo su origen.
“Si naciste entre 1975 y
1980 y tienes dudas sobre tu origen, consulta la lista de nietos que estamos
buscando y de casos resueltos a la fecha”. Ese es el llamado que desde el sitio
web de Abuelas de Plaza de Mayo (www.abuelas.org.ar) se despliega para todos
aquellos argentinos que puedan tener alguna duda respecto de su identidad. Un
llamado que demuestra que el tiempo transcurrido desde el golpe de Estado, encabezado
por el General Videla el 24 de marzo de 1976, y cuya dictadura duró hasta el 10
de diciembre de 1983, provocó heridas profundas que marcaron a toda una nación
y que se mantienen abiertas hasta el día de hoy.
En la parte superior de la
página web de esta organización y coincidiendo con este llamado, aparecen
continuamente fotos de parejas que desaparecieron en esa época. Figuran sus
nombres, fechas de nacimiento, una breve reseña de estas personas, las
circunstancias de su secuestro y los meses de embarazo que la mujer presentaba
al momento de ser detenida. El texto cierra con algo similar a “El/La joven y
el niño que debió nacer en cautiverio permanecen desaparecidos”.
Todos éstos son casos en los
cuales existe claridad respecto de los niños desparecidos o la fecha en que
debieron haber nacido, pero que sobre su paradero no hay información conocida.
Estos destinos truncados son
los que alimentan una búsqueda que no cesa y que el paso del tiempo no ha
debilitado. Por el contrario, las Abuelas de Plaza de Mayo se muestran como una
organización fuerte, bien estructurada y multidisciplinaria, que surge de la realidad
que el régimen militar denominó “Proceso de Reorganización Nacional” y que se llevó
adelante a través de una política del terror. “La desaparición, forma predominante a través de la cual se ejerció la
represión política, afectó a 30.000 personas de todas las edades y condiciones
sociales que fueron sometidas a la privación de su libertad y a la tortura, y
entre ellas a centenares de criaturas secuestradas con sus padres o nacidas en
los centros clandestinos de detención a donde fueron conducidas las jóvenes
embarazadas”, explican.
¿Qué pasó en ese tiempo? Ellas
se refieren a la cantidad de secuestros de niños y jóvenes embarazadas, el
funcionamiento de maternidades clandestinas, la existencia de listas de
familias de militares en “espera” de un nacimiento en esos centros clandestinos,
y las declaraciones de militares que demuestran la existencia de un plan preconcebido,
no sólo de secuestro de adultos, sino también de la sistemática “apropiación”
de niños.
Y establecen que los niños
fueron inscritos como hijos propios por los miembros de las fuerzas de
represión, vendidos o abandonados. Fueron desaparecidos al anular su identidad,
privándolos de vivir con su familia legítima, de sus derechos y su libertad.
Es por ello que el fin que
mueve a esta organización no-gubernamental, es la de localizar y restituir el
derecho a la identidad de todos los niños secuestrados desaparecidos por la
represión política, y crear las condiciones para que no se repita tan terrible
violación a los derechos de los niños, exigiendo castigo a los responsables.
La señora Estela Barnes de
Carlotto, presidenta de la asociación, explica que al día de hoy ya son 113 los
casos que Abuelas de Plaza de Mayo ha resuelto. La mayoría corresponde a nietos que han
recuperado su identidad y el resto han sido identificaciones de mujeres
embarazadas asesinadas. Pero, según las cifras que la organización maneja y que
inició este trabajo de búsqueda en 1977, aún falta por encontrar a más de 300.
Con el fin de localizar los niños desaparecidos, la
organización trabaja en cuatro niveles: denuncias y reclamos ante las
autoridades gubernamentales, nacionales e internacionales, presentaciones ante
la Justicia, solicitudes de colaboración dirigida al pueblo en general y
pesquisas o investigaciones personales. Para esto, la asociación cuenta con
equipos técnicos integrados por profesionales en los aspectos jurídico, médico,
psicológico y genético.
Cada uno de los niños tiene una causa abierta en la
Justicia a las que se agregan las denuncias que se van recibiendo a lo largo
del tiempo y que conforman elementos probatorios que determinan su verdadera
identidad y la de los responsables de su secuestro o tenencia ilícita.
Para asegurar incluso la
validez de los análisis de sangre, implementaron un Banco de Sangre de Datos
Genéticos, creado por ley nacional, donde figuran los mapas genéticos de todas
las familias que tienen niños desaparecidos.
¿Cómo es el
proceso que realizan, una vez que un joven que sospecha ser hijo de detenido
desaparecido, se acerca buscando información?
Hay dos vías. Están quienes
se acercan espontáneamente, se les hace una entrevista, y si se sospecha que
pueden ser hijos de desaparecidos son derivados a la Comisión Nacional por el
Derecho a la Identidad (Conadi), y desde allí se ordenan los análisis genéticos
para comprobar si son o no. Y también está la vía judicial, que culmina con un
análisis voluntario o una toma de objetos personales para su comparación con
las muestras de las familias almacenadas en el Banco Nacional de Datos
Genéticos.
¿Cómo surge
esta organización y se estructura hasta lo que es hoy, con un engranaje que resulta
tan completo?
Hemos ido aprendiendo con el tiempo. El robo de niños
por razones políticas era algo inédito, impensable de tan horroroso, por esto
tuvimos que ir construyendo los conocimientos y las metodologías a medida que
avanzábamos en nuestra lucha y en nuestra búsqueda.
Nos organizamos por áreas: Presentación Espontánea (a
donde se acercan los hombres y mujeres con dudas sobre su identidad); Difusión
y Prensa; Jurídica; Investigación; Archivo Biográfico Familiar (donde se
compilan las historias de vida de los desaparecidos para entregárselas a sus
hijos restituidos); Centro de Atención psicológica; Casa por la Identidad
(recientemente inaugurada).
Es un trabajo
interdisciplinario y en equipos. Participan profesionales y familiares. Las
Abuelas decidimos a través de nuestra comisión directiva (en la que ya están
integrados muchos nietos recuperados). Además, nuestra organización articula
todo el tiempo acciones junto con el Estado y otros actores para que la búsqueda
sea eficaz y abarque lo más posible.
¿Creen que la
organización está cumpliendo sus objetivos, tal cual la imaginaron en un
principio?
Nunca imaginamos que nuestras vidas iban a dar el
vuelco que dieron. Nunca imaginamos que nos iban a desaparecer a nuestros hijos
y mucho menos apropiarse de nuestros nietos. De a poco nos empezamos a reunir,
al principio éramos pocas, después nos fuimos sumando más y así, juntas,
pudimos sobrellevar el dolor y transformarlo en acción. Hemos recibido ayuda y
solidaridad de mucha gente, de países, de organizaciones de todo el mundo. Y de
a poco la sociedad, que inicialmente nos daba la espalda o no se animaba a
respaldar nuestra lucha, ha comprendido que el delito de apropiación de
identidad debe ser resuelto con la verdad, que éste es el único camino para
aliviar semejante trauma.
El apoyo o acompañamiento que se le entrega a los
jóvenes en el proceso de búsqueda de su identidad es la de escucharlos, porque
en general se trata de casosque vienen de larga data, y tratamos de orientarlos
en la búsqueda de su identidad. Y a quienes ya han recuperado su verdad también
los acompañamos, porque la confirmación genética sólo es un primer paso, luego
viene lo más difícil.
Por esto, en la Asociación
existen profesionales capaces de actuar en cada uno de los casos y para cada
situación específica. El Centro de Atención Terapéutica de Abuelas está
compuesto por psicólogos que contienen a los hombres y mujeres que se acercan
con problemáticas de identidad.
¿Qué ocurre
con estos jóvenes y las familias que ellos pensaron eran su familia de origen?
Todos los casos son
distintos. No obstante, con más o menos tiempo, todos ellos terminan
vinculándose con sus familias biológicas que los han buscado tanto tiempo y
entendiendo -sobre todo en los casos donde no hubo ninguna buena fe- que ningún
amor puede estar basado en la mentira sistemática.
¿Existen casos
en que los jóvenes rompen con la familia que los adoptó e incluso inician
juicios en su contra?
Sí. Ya hubo varios casos.
¿Tienen casos
en que los jóvenes optan por el perdón?
También. Desde nuestra perspectiva,
la que tiene que actuar es la Justicia, y en los casos que ha obrado como debía,
las víctimas de apropiación han podido liberarse y entender el yugo al que
estaban sometidas.
¿Cómo logran
sanar su dolor e integrar esa parte de su historia que recién conocen?
Es muy importante el
acompañamiento de otros hombres y mujeres que ya han sido restituidos. Ellos,
que han padecido el mismo dolor, pueden comprender en profundidad lo que les
pasa a estos jóvenes. También es importante el rol del Estado como facilitador
de ciertos trámites (cambio de documentación, por ejemplo) o como garante de la
identidad de las personas, y de la sociedad que hoy reconoce lo fundamental que
es el derecho a la identidad.
¿Qué sucede
con la percepción de su propia identidad e historia?
Cada caso es único, aunque
la restitución -y esto se repite- es como nacer de nuevo. Muchas dudas se
despejan, hay un florecer que era más evidente cuando los nietos eran niños,
pero que hoy, cuando ya son adultos, también se da.
Cita normas A.P.A.:
Siredey,
Verónica (2014). Localización y
Restitución de identidad: La lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo. Adopción y Familia,
10, 36-38
URL
Abreviada: http://numrl.com/apm10
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